20070428

Rapidez, rapadez, rapiduz, rapaz, rápate rápate

Tengo ganas de raparme. Pero tengo ganas de dejar crecer mi pelo. No quiero parecer evangélica. No estoy segura de cómo es mi cabeza. No sé cuidar bien mis rulos. No sé si tengo lunares en la cabeza. Me desespera mi pelo de león. No tengo la cara perfecta. Uso lentes desde los tres años. Me da miedo cómo crecerá mi pelo. No quiero tenerlo corto. Es difícil cuidarlo si está largo.
¿Me rapo al zero?

20070424

738


Mis queridos y precisos (aunque pocos -buh-) blog-lectores, hoy sólo quiero que me feliciten, porque ayer hice mi primer ensayo PSU Lenguaje -primero, repito-, demorándome sólo una hora y obteniendo 738 puntos. No podía dejar de registrarlo en el cyber espacio.

Para pasar a la humildad, pido ayuda en matemáticas. Buena alumna, con disposición, que considera maravillosamente ilógica la lógica, que encuentra algo deslumbrante en la exactitud numérica, pero que aún así, no sabe si el resultado final de la ecuación es 0 ó 2/3. HELP.


Saludos invernales, otoñales, veraniegos o primaverales, según sea su gusto, querido cliente.

20070418

Uh!

Que mi madre tenía una gata llamada "Ganja".
Que después, mi madre tuvo dos tortugas, una llamada "Peyote" y la otra "Mescalina".
Que con unos amigos encontró una plantación de hongos alucinógenos en México, que al rato volvieron decididos a robar algunos, y que ya no había nada, que los indígenas los habían "sacado".
Que luego de eso, vió un duende salir de un tronco.
Y que ahora me dice que la yerba es malísima. Ja. Y ella que estudió Licenciatura en Filosofía en México. Ja once and again.

20070406

Sobre la Levedad del Insecto


Al transeúnte anónimo

La muchachita impertinente que impacientaba a Gregorio Campanario no era más que otra preocupación en su interrumpida existencia.

¡Imprudentes, sin respeto, inoportunas! Esa es la idea que tienen todas las personas de las hormigas. Esa es la idea que tiene Gregorio Campanario de Miranda Salares, la “Vinchuca”, señorita divertida, aburrida de la monotonía de vivir al sur, amorosa y obsesiva, vertiginosa para muchos, trascendente para él.

La conexión que, inesperadamente, existía entre estos dos bichos de la creación
omnipotente, hizo que Gregorio Campanario comenzara a pensar, con su paranoia característica, que “el tener un compañero de banco con las mejores notas hace crecer en uno una confusión terrible, que el tener un profesor de literatura con conocimientos casi ‘geográficos’ sobre cada escrito que comprende el arte de la expresión escrita trae consigo un sentimiento de frustración e ignorancia, que el tener un amigo incluye el agradecer y orar, el escuchar y aconsejar, y que el tener a alguien que te ame – y esto era lo fatal – implica agradecimiento (a la vida, a uno mismo, al que te ame, en fin...), frustración, oración, muy de vez en cuando alegría, inferioridad, desentendimiento y, por sobre todas las cosas, significa preocupación, una preocupación constante sobre todo lo que se hace y lo que no se hace; el no defraudar al ser que a uno lo ama pasa a ser primordial en las ocupaciones, porque como distorsionados seres humanos, se tiene por vocación el ser amado, y no el amar”.

Todas estas acciones involuntarias, casi obligatorias, hacían de Gregorio Campanario, un ser más alerta, más desdichado y por algunos escasos momentos, en los que una palabra o un recuerdo hacían sentido en su corazón y coincidían exactamente con la puesta del sol, algo parecido a un hombre feliz.
En algún momento, la “Vinchuca” le había reprochado su conducta de indiferencia fingida, su preocupación exagerada, diciéndole que no se inquietara, que Dios no respondía preguntas, que dejara que su voluntad se hiciera. Y también le había comentado que el amor que nacía de su corazón para llegar a él, era porque, simple o grandiosamente, Dios así lo quería. Estas palabras “puras y transparentes”, como solía llamarlas Gregorio, lo hacían liberarse de su excitación nerviosa, del sabor ansioso que le dejaban las conversaciones con la “Vinchuca”, de la gran pregunta que invadía su mente, del ¡¿Por qué, si no tienes nada que ver conmigo y yo nada que ver contigo, me quieres tanto?!. Pero ese sentimiento de tranquilidad no era más fuerte que la paranoia ya mencionada de este espécimen; cuando comenzaba a desvanecerse el encantamiento de las palabras que la “Vinchuca” había pronunciado, y la razón (la locura) comenzaba a dominar a Gregorio, los lamentos, las confusiones, el verdadero delirio afloraban nuevamente y lo obligaban a tomar el teléfono y marcar, esperar, cortar antes de que contestaran al otro lado de la línea... 554546. De nuevo lo mismo. Era tan fácil marcar las seis cifras, era tan difícil preguntar. ¿Preguntar qué? Preguntar por algo que había perdido, que quizás jamás había tenido, preguntar por un pasado lejano que se manifestaba después de cuánto tiempo a través de una singular señorita apodada la “Vinchuca”. Esto era inconcebible para el desesperanzado Gregorio.
Tres intentos fallidos; no era capaz de esperar a que contestaran.

Ya para la cuarta vez que marcaba, esperaba y cortaba, la fila de gente presurosa por comunicarse con parientes, amigos, compañeros... -no preciso especificar la intimidad de las gentes-, que crecía en espera del teléfono, gritaba insultos y manifestaciones extrañas, ofensas en jergas que no me pertenecen ni le pertenecían a Gregorio Campanario.

Se fue; se había decidido a hablar de una vez por todas, pero la presión de la fila lo obligó a colgar definitivamente el teléfono. Se podría traducir esta acción como una falta de valentía frente a la multitud, pero esto sólo se podría aplicar a comunes y corrientes: no a Gregorio. Lo que lo impulsaba a dejar de lado la llamada, y muchas otras actividades que no es el caso mencionar en esta historia, era su aversión a los hombres de su época (no así a la esencia del ser humano); sólo quería permanecer lejos de ellos.

Miró a su alrededor, faltaban pocos minutos para que saliera la Luna a encontrarse con el mar sinfín de sus cavilaciones.
¿No es acaso la mente un aparato absurdo que se contrapone a lo comandado por el corazón?.

Muchas veces no soportaba el carácter exacto, lógico, hasta matemático de su mente. Quería olvidarla y sentirse llevado por la emoción. Pero era tan remoto el recuerdo de su última travesía guiada por el sentir, que su mente había cobrado mayor influencia sobre su vida, y le era imposible dejarla de lado. No quería cuestionarse más, preguntarse más.

Tenía la certeza de que los sentimientos extrañamente adquiridos por la “Vinchuca” eran claros y puros, y que le pertenecían a Dios. Pero su vida era tal acumulación de frustraciones y desilusiones que no era capaz de entenderlos; su corazón lo comprendía hasta la más mínima gota de inocencia, pero su razón no miraba la esencia, sino la forma. Y su mente, ahora, era mucho más que su desgastado corazón.

La “Vinchuca” no podría devolverle jamás la capacidad de amar y ser amado sin nada más que dudar. Tal vez era por esto que Gregorio no podía concebir afectos tan sinceros. Veía en la “Vinchuca” lo perdido y anhelado: la fragilidad.

20070405

Just think about it




Alemania permite la esvástica si es para luchar contra el nazismo

Un tribunal retira la condena a un hombre que vendía camisetas y chapas con la cruz gamada tachada por una señal de 'prohibido'


La corte federal de Justicia de Karlsruhe ha admitido la apelación de un hombre multado con 3.600 euros el año pasado por un juzgado de Stuttgart por vender una variedad de camisetas y chapas anti-nazis que contenían una esvástica con una larga línea roja sobre ella.

Según la ley alemana, efectuar el saludo romano, vestir uniformes nazis o mostrar la esvástica puede acarrear una multa o una condena de hasta tres años prisión.

El juez Walter Winkler ha estimado que la prohibición de la esvástica no es aplicable a objetos que claramente tiene propósitos anti-nazis o anti-fascistas.

Los políticos alemanes han condenado ampliamente la decisión del pasado mes de septiembre por el juez de Sututtgart Wolfgang Kuellmer de multar al imputado, que distribuía su mercancía mediante correo y a través de Internet.

El juez Kuellmer ordenó la requisición de 16.500 productos, dos contenedores con folletos y cerca de 8.400 tarjetas publicitarias con el logotipo de un círculo rojo con una línea diagonal superpuesta sobre el emblema nazi.

Kuellmer afirmó entonces que el creciente uso de este símbolo, muy popular entre activistas de izquierdas y militantes anti-neonazis en Alemania, podría provocar que la esvástica se viera como aceptable después de más de 60 años prohibida, tras la Segunda Guerra Mundial.




Al contrario de lo que quizás muchos piensen, en Alemania están no sólo mal mirados los símbolos que al Nacional Socialismo aludan, sino que el portador de éstos puede ser desde multado hasta condenada a prisión durante tres años, según la “gravedad” del delito. Es decir, cualquier elemento que recuerde el Nacional Socialismo está PROHIBÍSIMO, penado por la ley.

Parece ser bastante contradictoria la postura del gobierno democrático Alemán frente a tal disyuntiva no sólo social, sino también histórica.
Preguntémonos si la democracia no aboga por el respeto a los derechos humanos, poniendo como ejemplo primero de violación a éstos la Segunda Guerra Mundial, más específicamente los “crímenes” cometidos por Nazis y Fascistas.
Preguntémonos también ahora si no es acaso la Libertad de Expresión uno de los Derechos Humanos fundamentales. Y una vez más, preguntémonos si no es caso una violación a este Derecho la prohibición de elementos que representen cualquier tipo de ideología.

Por otro lado, tenemos el gran vacío que existe en cuanto a la prohibición de elementos tan sólo Nazis y Fascistas, pero nunca Comunistas. ¿No fue acaso el Comunismo una de las potencias que con mayor fuerza participó durante la Segunda Guerra Mundial? ¿No eliminó acaso también a sus enemigos? ¿No tenían acaso campos de concentración?.

Nacional Socialistas y Fascistas son mirados con horror alrededor del mundo por esa malla terrorífica que existe en torno a ellos. Comunistas y Socialistas son alabados y retratados en poleras y mochilas por miles de jóvenes (y no tan jóvenes también).

Por sobre todo esto, se encuentra la mediocridad con la que el mundo juzga. Juzga a través de hechos históricos, por lo demás semi creíbles, y nunca a través de lo que ideologías políticas, sociales y económicas proponen. Las barreras que inevitablemente la “educación” nos crea frente a estas ideologías son un obstáculo enorme al proponerse profundizar en ellas. Realmente, ¿quién tiene la disposición para leer sobre Fascismo o Nazismo después de conocer la serie de “atrocidades” que cometieron sus partidarios? ¿cuántos se atreven?.

Tragarse la historia miope es cuento aparte, algo inevitable, que ni siquiera necesita de fuerza para ser digerido, sino sólo fuertes y morbosas mentiras. Historia escrita por reales literatos creadores que más que historia universal, han escrito su historia personal.

20070402

Sin literatura Street


Round number ONE.
En una micro medio llena, cerca de la esquina de mi casa, me paro y toco el timbre de atrás, no suena, camino hacia el chofer para bajarme por delante y justo se abre la puerta de atrás y la micro para en mi esquina, sigo caminando y me paro al lado del chofer, él no abre la puerta de adelante y me mira enojado.

CHOFER. ¿Pa' qué toca el timbre si se va a bajar por delante?.
YO. Pensé que no había sonado.
CHOFER. Si abro la puerta de afuera, es porque yo lo escushé po'.
YO. Bueno, no me di cuenta.
SILENCIO. El chofer sigue sin abrir la puerta, y ahora mira hacia adelante, odiando su trabajo.
YO. ¿Me puede abrir la puerta, por favor?.

El chofer abre la puerta, yo me bajo y llego hasta mi casa. El chofer sigue hasta quién sabe dónde, y hasta quién sabe cuándo.


Round number TWO.
Se sube una señora mayor a una micro muy llena, y un escolar de unos 12 años le cede el asiento. El chofer lo mira por el espejo retrovisor atentamente.

CHOFER (gritando). ¡Lolo, lolo! Ven shiquillo, acércate.
ESCOLAR. ¿Yo?.

Y camina hacia el chofer, mientras todos los pasajeros dejan sus conversaciones para fijar su atención en lo que está ocurriendo.
El escolar llega al lado del chofer.

CHOFER. Dame la mano, lolo, dame la mano. Sh, te felicito, lolo, con muy poco' lo' que ceden el asiento, lolo. Ahí 'tá la plata del pasaje.

El escolar le da la mano, y recibe los $130 de vuelta.

CHOFER (gritando). De premio se lo ganó, sh.

Todos los pasajeros sonríen, felices por 3 segundos.


Round number THREE.
Todos los asientos ocupados de una micro, se sube una mujer de unos 30 años, es la única pasajera de pie, en la mitad de la micro. En una frenada brusca, resbala, cae al suelo con un golpe seco, llegando hasta el extremo de la micro en el que se encuentra el chofer. Se para nerviosa con la ayuda de otro pasajero. Él se sienta, y ella sigue en pie.

PASAJERO. ¿Quiere sentarse?.
PASAJERA DE PIE. No, gracias.
Ella sigue parada. Todos pensamos en su golpe, y en por qué no acepta el asiento.